MÁS ACERCA DE NUESTRO VINICIUS


Liana Wenner (Buenos Aires, 1969) estudió Letras en la Universidad de Buenos Aires. Es periodista cultural y de espectáculos. Trabajó para diversos medios como Graffiti (Montevideo), LíneaAsí y Gabo. En radio, dirigió la columna Feos, sucios y malos, destinada a difundir poetas jóvenes. Traductora de inglés y portugués, también dicta clases de literatura en establecimientos educativos dependientes del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Actualmente se desempeña como emprendedora cultural.


Hace cuarenta años Vinicius de Moraes debutaba en La Fusa de Buenos Aires y grababa aquel long play legendario. Nuestro Vinicius es un exquisito perfil coral del último Vinicius. El poeta y músico genial que eligió las calles porteñas y uruguayas tras el exilio, para difundir su arte y pasarla bien con amigos. Noctámbulo, bohemio, gran bebedor de whisky, padre ausente, mujeriego y excéntrico. El hombre que interpretó la bossa nova no sólo como un género musical, sino como una actitud ante la vida.

Escribe la autora en el prólogo:

“Cuando en el siglo XXI escuchamos las canciones que fueron la banda sonora de aquellas imágenes pueden pasarnos dos cosas: la feliciad o la nostalgia de la felicidad. Lo primero, para los jóvenes de hoy. Lo segundo, para los jóvenes de ayer, porque el Brasil que Vinicius supo construirnos y al que cnataba en esas canciones representa la libertad individual, la alegría, la sofisticación y la promesa de la realización de las fantasías sexuales. Pero ese mundo festivo y moderno fue transformándose, a medida que se entraba en los setenta, en un territorio arrasado. Muchas cosas pasaron en el sur del Cono Sur que conspiraron contra la vida que la poesía, el canto y la filosofía de Vinicius de Moraes expresaban.”