Reseñan nuestros libreros: hoy narrativa

Mark O. Everett (apodado de niño E) es el cantante de la banda Eels, y a los 42 años decide publicar “Cosas que los nietos deberían saber”, un libro autobiográfico cuyo hilo conductor es, sin duda, su descubrimiento de la música y su empeño en poder dedicarse a ella.

En el primer capítulo E confiesa que “Tal vez no me gusta la gente tanto como parece gustarle al resto del mundo. Da la impresión que la raza humana está enamorada de sí mismo” y consecuentemente, se pregunta “¿Y qué clase de ego hay que tener para escribir un libro sobre tu vida y suponer que le interese a alguien? Su respuesta es que por lo menos, no lo escribe en cuanto famoso, dado que no es tan famoso y que se trata de “la historia de un tipo que en ocasiones estuvo en situaciones similares a alguien famoso. Hay como un gran ego, una cosa que dice «YO SOY MUY IMPORTANTE» inherente al hecho de escribir este libro que me pone incómodo.

Pero no lo haría si no pensara que se trata de una historia peculiar.” Y es en tanto vive en un peculiar aislamiento con respecto al resto del mundo, producto de su “aplastante inseguridad”, que ha encontrado en la música (y en este libro) “la forma de lidiar conmigo mismo y con mi familia tratándolo todo como un constante proyecto artístico en marcha”; su manera de salir de sí mismo.

Y esta historia peculiar comienza con su familia. Su padre era el físico cuántico Hugh Everett III creador de la teoría de los universos paralelos en la física cuántica, sufría de depresión y fue tomado por loco antes que por genio. La comunicación con sus hijos era prácticamente inexistente y es una de las heridas que Mark debe sanar en su recorrido. Su madre fue criada en un clima represivo y por eso era fría y desapegada, con comportamiento ciclotímicos, altamente crítica y desaprobatoria de lo que E hiciera; fue en sus últimos años, al cuidarla mientras la devoraba el cáncer que padecía, que Everett entabla una relación profunda con su madre. Por último, estaba su hermana Liz, 6 años mayor que él, mentora en lo musical y su gran aliada durante su solitaria infancia y adolescencia, que sufría de una tendencia a la autodestrucción tal que la llevaría suicidio.

Pero no es solo la tragedia que E encuentra en la vida lo que lo lleva a la música, sino la belleza que en encuentra en ella, el hecho que “De golpe podía trascender las situaciones de mierda en las que estaba inmerso e incluso convertirlas en algo positivo solamente poniéndoles música.” Sin embargo, no se zambulle en la música de buenas a primeras sino que prueba la Universidad y salta de un trabajo a otro por un tiempo, hasta que descubre un piano en la universidad, que usa clandestinamente. En el capítulo que narra su decisión de irse a Los Angeles – titulado “Espero que te guste pasar hambre”-, E nos dice que “Bob Dylan dijo una vez que, cuando era joven, tenía la intuición secreta de cuál sería su destino. Quisiera haber sentido algo así, pero no, para nada. Lo único que yo tenía era una dolorosa sensación de desesperanza y un agudo desconcierto: muy mala combinación. Sin embargo, finalmente descubre su destino y se manda. Y en ello se desarrolla la mayor parte del libro, y en cómo ese chico que se sentía tan raro estando con gente, solitario y que no creía que llegaría a cumplir los 18 años, descubre un ámbito donde se siente cómodo consigo mismo, a tal punto que celebra su adultez, no solo por haber sobrevivido, sino por todo lo que logró, lo que aprendió en el camino y lo llevó a ser el hombre que es hoy.

Por tanto, lo que nos entrega en el libro es simple: es la historia de un hombre que encuentra en el único amor que no se le muere, la música, la manera de sobrevivir en un mundo que no lo trató muy bien, pero que sin embargo, y gracias a la música, ha logrado apreciar. Y nos la cuenta de una manera llana y directa, tal como nos dice que lo va a hacer al comienzo del libro (sin onda «poética» o estilo florido) y esta honestidad brutal y descarnada es, sin duda, uno de los encantos del libro. Así que todos aquellos que hayan devorado el libro de Patti Smith, Éramos unos niños, no lo duden: el libro de Mark Everett va por el mismo camino; y si conocen su música, la conocerán mejor; si no la conocen pueden conocerla de mano del libro, y así no solo disfrutar un excelente libro sino alegrarse de tener una excelente banda con más de una decena de discos por descubrir.

Patricia Scott.


Cosas que los nietos deberían saber

Rock, muerte, locura y amor

Mark Oliver Everett

Ediciones puntocero, no ficción

ISBN 978-9974-8300-0-4, PVP $99