RESEÑAN NUESTROS LIBREROS

Hoy ensayo



Lucina Skegro y Xavier Morán.

Acerca de Milagro Sala. Jallalla

 Desde el  título, este libro nos remite a lo que el marxista peruano José Carlos Mariátegui llamó “el problema del indio”, problema que no compete sólo a Perú o Bolivia, mal que les pesaría Borges y a Sarmiento, nuestros grandes próceres literarios. Argentina también es Latinoamérica (o Indoamérica, como le gustaba decir a Mariátegui), y hoy, la memoria nacional ya no puede sustraerse a esta realidad. Como tampoco puede sustraerse, por ejemplo, al hecho de que la revolución indígena y continental liderada por el Inca Tupac Amaru en 1781, se expandió hacia varias provincias de nuestro actual territorio. En efecto, Jujuy fue uno de los focos fuertes de rebelión.
  No es casualidad que, más de doscientos años después, reaparezca en Jujuy el fantasma que recorre Latinoamérica, como figura inspiradora de una organización barrial: la Tupac Amaru, liderada por Milagro Sala, quien dice sobre el Inca: “fue el primer revolucionario latinoamericano”.
  Revisando la historia, encontramos que las autoridades españolas se referían al “maldito nombre” de Tupac Amaru; no deja de ser llamativo que hoy el nombre de Milagro Sala se recubra de connotaciones “malditas” en varios medios locales.
   Sobre quién es Milagro Sala trata buena parte del libro, elaborado básicamente bajo la forma de reportajes, con algunos párrafos de crónicas, y breves referencias investigativas (que, creemos, podrían haber sido más). Milagro, de origen kolla, fue abandonada cuando cabía en una caja de zapatos en la puerta de un hospital. Más tarde, fue adoptada por una familia de clase media, de la que finalmente se alejó para vivir en la calle, donde terminó vendiendo cocaína. “Nosotros en ese barrio salíamos a chorrear”, evoca Milagro. Pero ella era una chorra del tipo Robin Hood, de los que roban a los ricos para repartir a los pobres. Y, acusada de amenaza de homicidio, robo, asociación ilícita y prostitución, terminó presa ocho meses. Finalmente fue en la militancia peronista (y no en la Iglesia) donde Milagro, cual una Evita originaria, no sólo se rescató a sí misma de la pobreza, la droga y la delincuencia, sino que rescató a varios de los que son hoy sus asesores y seguidores, cuyos testimonios pueden leerse en otras páginas del libro.     
  Hay una evolución que no deja de ser espiritual en la vida de Milagro, y que queda plasmada en el relato de su encuentro con el actual presidente boliviano, Evo Morales, en la mítica ciudad andina de Tiwanaku. Milagro dirá entonces que estar con Evo “es como un sueño, como si de pronto el cóndor, el árbol, la vida misma  cobrara otro significado. Evo emana una energía que es la nuestra, la energía de todas las sangres, de todos los siglos de explotación”.
  Sin duda, después de la multitudinaria marcha de pueblos indígenas que llegó desde el Noroeste y otros puntos del país a la ciudad de Buenos Aires, en medio de los festejos del bicentenario, Milagro Sala se ha convertido en uno de los referentes mediáticos más visibles de la situación o “el problema del indio” que existe, persiste y se agudiza en nuestro país. Y este libro puede ser la punta del ovillo, o una vía para acercarnos un poco a esa realidad, que es tantísimo más amplia de lo que Sandra Russo nos permite vislumbrar, y que ha sido tan ocultada por la historia, por los libros y por los medios.          
  A lo largo de los 34 capítulos de Milagro Sala. Jallalla, la voz de la periodista aparece una y otra vez bajo la forma de la primera persona. Es más, ese yo recurrente que “recuerda”, “ve”, “desglosa”, “lee”, “se estremece”, y “experimenta el flujo de la Tupac Amaru”, es el que hilvana las distintas historias narradas en una unidad. Desde otra perspectiva, podríamos decir que el libro es, más que la historia de la Tupac, el relato del esfuerzo que Sandra Russo realiza para acercarse y comprender a su “objeto”. Un objeto que le resulta doblemente ajeno: a la distancia de clase se le suma, a mitad del camino, una repentina toma de conciencia de la diferencia étnica, que lejos de desalentarla, le sirve a la autora como clave de acceso hacia múltiples fenómenos que escapan a su comprensión inmediata. Entonces, este “yo” que se enfrenta a su “objeto”,  intenta superar los límites de su propio entendimiento. Y este proceso se transforma en uno de los ejes de la crónica, por motivos obvios: se trata de que los lectores potenciales del libro (económica, social y culturalmente cercanos a Sandra Russo) sean guiados progresivamente hacia el mismo lugar al que ella arribó: hacia el límite, hacia el lugar donde las premisas incorporadas durante toda una vida occidental y urbana, estallan. Esta intención de la escritura se verifica ejemplarmente en el capítulo sobre las casas del barrio Alto Comedero: 
“El barrio de la Tupac Amaru podría haber sido pintado por Andy Warhol, como las series de Marilyn o Sopas Campbell: una casita al lado de la otra y así sucesivamente. (…) En la cultura occidental los valores personales, grupales y hasta estéticos se encuadran en la diferenciación. Vivimos la cultura de la serie fabril, somos sujetos en serie cuyos gustos y opiniones día a día formatean los medios masivos de comunicación, y así, en serie, somos instruidos en el deseo de diferenciación Todos queremos ser diferentes, tener una casa diferente, una pareja diferente, un peinado diferente (…) Si uno demarca en uno y en otro lado la experiencia existencial que  es habitar una casa, advertirá muy fácilmente que entre los sujetos que habitan las casas semi-japonesas de los Palermos, y los que habitan las casas simples de la Tupac, lo que media es un estado espiritual. El barrio de la Tupac tiene sentido. Ese sentido es ético y estético. Su estética indica que son todas iguales, y su ética nos habla de que la igualdad aquí se privilegia a la diferencia. Se reirían si les preguntaran si no tienen problemas con que sus casas sean todas iguales. Lo que está en juego aquí es otro valor: el de la igualdad, hecha materia en casas”.
Milagro Sala. Jallalla - La Tupac Amaru, utopía en construcción, Sandra Russo
Colihue, serie Protagonistas
ISBN 978-950-563-833-8, PVP $40