Miércoles 13 de junio. 19 hs. Entrada libre y gratuita
Acerca de la serie
«Situaciones» de Cris Schiavone
Schiavone, con la función mediadora del
arte, ejercita la capacidad de comprender en la realidad la esencia inmutable
de las cosas a las que, en general, los observadores accedemos desde lo
contingente y variable, sin una comprensión acabada de las esencias. Hay un
camino artesanal suyo: la pintora deconstruye situaciones de la realidad para
luego, en un marco alegórico y simbólico, plasmarlas en sus obras. Nosotros,
como observadores, al plantarnos frente a ellas, somos invitados a lo que
Heidegger llama «la fiesta del pensar», esto es, a escaparnos del pensamiento
calculador que domina nuestra cotidianeidad e ingresar a una senda de reflexión
meditativa, para poder así recepcionar su mensaje pictórico.
Quizá aquellos que seguimos el desarrollo
de la obra de Schiavone podamos precomprender cierto metarrelato contenido en
sus series: pareciera haber evolucionado desde una preocupación por la finitud
de la vida, la angustia que provoca esta finitud, y la aceptación que en algún
momento alcanzamos, para, finalmente, encontrar los retazos de situaciones
disfrutables que son las que les han dado y dan sentido a nuestras existencias.
Filosóficamente podemos pensarlo como un desplazamiento desde la categoría
heideggeriana de ser «seres-arrojados-al-mundo-para-morir», en una huída constante
de ese destino indefectible, hasta la categoría central arendtiana de natalidad, entendiendo por ella la
capacidad de la creación y de la acción de los hombres.
Centrándonos ya en esta serie
«Situaciones», se podrían destacar al menos dos aspectos: las situaciones están
conformadas por algunas personas reunidas y, el tempo de estas situaciones parece ser lento y apacible. Estos dos
aspectos se relacionan con dos conceptos: el hombre y el tiempo. En el
preguntarnos qué es el tiempo, puede ocurrir que nos topemos con la famosa respuesta
agustiniana -“si nadie me lo pregunta, lo sé; si quiero explicárselo a uno que
me lo pregunta, no lo sé”-, lo que nos impulsará a una profundización en el
discurrir. Dado que la temporalidad y el estar-juntos-en-el-mundo son
características ontológicas del hombre, podemos pensar que las situaciones se
dan en el transcurrir del tiempo y que, nosotros, los hombres, somos los únicos
seres vivientes que contamos con el
tiempo y que contamos el tiempo. Schiavone,
de alguna manera, captó los tiempos subjetivos e intersubjetivos de los
personajes de las situaciones, y recortó de entre el torrente temporal los encuentros
de otredades que están en el mundo en un tempo
de confraternización. Por último, como siempre lo hace, a la manera de un
demiurgo, con lápices de óleo y trazos fuertes, plasmó las situaciones en un
tiempo propio visceral. Así, detuvo y fijó situaciones éticas que podrían ser
atemporales, para provocarnos y deleitarnos a nosotros los observadores de esta
experiencia estética. Es aquí donde queda cerrado el círculo del arte.
Como en todas las muestras que ha
realizado, hay una situación que la pintora
se reserva y disfruta y forma parte de la serie: el compartir el tiempo de la
inauguración con sus seres queridos y amigos. La situación de compartir «Situaciones».
Alejandro Fidias Fabri
Junio de 2012
